sábado, 9 de enero de 2010

FAMILIA Y TELEVISIÓN



El peso específico que la televisión ha adquirido en los hogares es muy significativo. La televisión educa, para bien o para mal. Estar ajenos a esta evidencia no puede más que jugar en nuestra contra.

Como señalaba Martín Barbero y Rey (1999) ”la televisión se mueve entre la queja y la fascinación” y Umberto Eco, por su parte en “Apocalipticos e Integrados”, también se refirió a esa categorización enfrentada.
Muchos autores han insitido en la necesidad de los valores de servicio publico de la televisión , entre ellos Blumler (1992).



En muchas ocasiones las niñas y niños se enfrentan al visionado de televisión sin unos criterios, una alfabetización idónea en los medios y sin la mediación de un adulto que les ayude a interpretar esta realidad.
El papel de la familia en este nuevo contexto es primordial.

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