El orden social funciona como una enorme maquinaria simbólica que tiende a ratificar
la dominación masculina.

Una violencia física y simbólica que se extiende según el mismo autor más allá del ámbito doméstico, para llevarse a cabo también por las instituciones: Familia, Escuela, Iglesia, Religión y Estado.

El rasgo más distintivo de la representación de la mujer en los medios es la
invisibilidad (Subirats, 1998).El mecanismo fundamental de dominación masculina es el burka ideológico,aquél que convierte a la mujer en invisible, según Correa.
Modelos icónicos de las fantasmagorías de la belleza, de la perversión y de la sumisión (Correa, Guzmán y Aguaded, 2000).
Ser consciente de estos patrones, se presenta de vital importancia para poder realizar una lectura crítica de los mismos y actuar en pro de la deconstrucción de los mismos.
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